Nuestro modelo pedagógico sitúa al estudiante como protagonista activo de su aprendizaje.

Desde pequeños, nuestros estudiantes aprenden de forma vivencial y significativa el valor de la naturaleza.

Los estudiantes de octavo a décimo año básico participan mensualmente en actividades al aire libre como parte de su formación integral para fortalecer su autonomía, trabajo en equipo y conexión con la naturaleza.

A través de la investigación, la creatividad y el pensamiento crítico, desarrollan habilidades esenciales con autonomía, en un entorno constructivista que impulsa el aprendizaje profundo y el desarrollo integral.

Nos comprometemos a fortalecer el desarrollo ético y moral de nuestros estudiantes, formando personas íntegras, empáticas y responsables, capaces de construir una sociedad más justa, solidaria y consciente.